La Rioja cuenta con productos de excelencia en sus cuatro puntos cardinales, los que se potencian al momento de ser degustados por la calidez de sus propios productores. Este recorrido nos conduce a una amplia región de valles en la que se desarrollan importantes viñedos y cultivos de nogales y frutales, los cuales son los principales ejes del desarrollo económico de los poblados y ciudades que lo integran.

El viaje por el corredor de la producción comienza por la Ruta Nacional 38 tomando seguidamente la RN 74 hasta Vichigasta pasando por Nonogasta hasta Chilecito, para seguir hacia Famatina por la RN 78 hasta la localidad de Campanas, para continuar viaje hacia San Blas de los Sauces para finalizar el recorrido en Salicas.

Cablecarril: Safaris fotográficos en el Cable Carril en la estación N°2  que deslumbra con su belleza natural, e impacta por el Museo del Cable Carril ubicado en el lugar, donde se puede apreciar la ingenieria que se utilizó allá por 1900 cuendo se construyó, constituyendo una de las obras más importantes del mundo, hoy forma parte de los monumentos y lugares históricos más importantes de la Argentina. Esta estación cuenta con local gastronómico, centro de comercialización de artesanias regionales, y una oficina de información turística.

Fincas y bodegas: Las fincas abren sus puertas para agasajar a quienes deseen vivir una experiencia enriquecedora, los viñedos, las barricas de roble, la producción son los elementos que harán de este viaje inolvidable. Chilecito y los Valles del Famatina son una amplia región productiva, con grandes viñedos, el cultivo principal es la uva blanca para producir vino torrontés. La visita obligada es recorrer las bodegas de los pequeños productores y las industrializadas, como cooperativa La Riojana, que cuenta con visitas guiadas, degustación y venta al público de sus productos.

Para aprender sobre varietales, está la bodega Valle de La Puerta, con visitas guiadas en bicicletas y auto.

Trekking y montañas: Si de disfrutar hablamos, el recorrido por Vuelta al Pique, es una clara invitación a maravillarse con los paisajes majestuosos en cada tramo, dónde los colores, el aire y el río, son los compañeros ideales para estos momentos únicos e irrepetibles.

Los senderos del Cable Carril, de los Ciruelos en Guanchín y del Camino de Inca en la Cuesta de Miranda, pensados para caminantes con ganas de disfrutar la naturaleza virgen, combinada con el turismo geológico minero o las huellas arqueológicas de los nativos de la zona.

En sus alrededores tambien encontramos pequeños productores de plantas frutales como membrillos, manzanas, perales, higos, ciruelos, damascos etc. Con ellos se produce dulces artesanales. La confitura artesanal destacada es el alfajor de vino torrontés.

Mina “El oro”: una de estas minas de oro fue explotada por los indios diaguitas, tarea que luego continuaron los incas, los jesuitas y el gobierno de Facundo Quiroga. Más tarde la mina El Oro cayó en manos de una compañía norteamericana hasta que el gobierno de perón la estatizó y fue abandonada.

Fruto de la centenaria avidez humana quedaron 2800 metros de túneles que atraviesan la montaña y los restos de un pueblito minero que llego a tener 600 habitantes.

En la actualidad, con sus clavos tirados en el piso y  bulones acumulados arriba de una mesa en un túnel, y el hornillo de fundición de lingotes, la mina El Oro es un  pueblo fantasma que se ha convertido en un particular destino turístico de aventuras en 4×4.

Posee una de los mejores lugares del mundo para realizar parapente. El lugar de vuelo está ubicado en una cadena intermedia, entre el cerro Paiman, la Sierra del Velazco (4300 m.s.n.m) con un desnivel de seiscientos metros sobre el aterrizaje. El lugar se caracteriza por poseer térmicas azules, así llamadas por la ausencia de nubes. Estas pueden llegar a memorizarse, debido a que siempre están en el mismo lugar

Tres piedras: este circuito está ligado estrechamente a los arqueológico, tiene una conexión directa con el Camino del Inca el cual se encuentra en la Pampa del Agencal, ya que por esta geografía pasa un tramo del majestuoso camino construido de pircas, la que fue construida por los lugareños para dedicarse a la cría de ganadería y se puede acceder a una cascada de 2800 m.s.n.m.

Probar una de las mejores grapas producidas artesanalmente en Pituil. Al visitar Famatina se puede disfrutar de sus paisajes, de la amabilidad de su gente, la gastronomía, sus historias, los pequeños pueblos que la componen, pero es conocido por sus excelentes grapas, poder disgustarlas entre charlas es una opción imperdible en este viaje, poder aprender su método usado desde antaño. Además de vinos mistela, pateros y ricos dulces caseros.  La simpleza de la vida al alcance de la mano.

Una experiencia es alojarse en el Paimán, Hotel del Vino, en la localidad de Chañarmuyo, que se ubica entre viñedos y montañas, paisajes únicos para degustar en origen y disfrutar de visitas, caminatas, cocina regional y atención personalizada.

Las fincas producen también olivos, nogales y diferentes variedades  frutales. La región, es conocida en todo el país y en el extranjero por la alta calidad de las nueces de la zona.

Se puede practicar algo diferente en la los Vientos del Señor, la aventura, la adrenalina y la emoción se conjuga en un escenario de tierra agrietada que asombra desde lejos. Podes realizar caminatas, andar en bici y lo que se te ocurra a la imaginación, pero sin duda el mayor atractivo es practicar carrovelismo. El viento es el principal compañero de este deporte que te hace sentir pequeño ante la inmensidad del lugar y la velocidad que levanta este deporte poco usual.

Finca Hilal: se puede recorrer la finca y la planta de extracción artesanal, con visitas guiadas de escolares, particulares y contingentes que deseen conocer los olivares, el molino de piedra y el proceso de elaboración tradicional del aceite virgen de las aceitunas desde 1957.

Fiesta Nacional de la Olivicultura: se festeja cada 24 de mayo en Aimogasta donde se elige su soberana y cuenta con la presencia de conocidos artistas.

 

Olivo Cuatricentenario: es el olivo más antiguo del país. Declarado por decreto nacional de 1946 “Padre de la Olivicultura” y Monumento Histórico en 1980, aún se encuentra en su hábitat natural, cultivado con métodos tradicionales que incluyen el riego por inundación. 

Mirar hacia los orígenes en el Sitio Arqueológico Pucara de Hualco: esta ciudad de piedra construida hace más de mil años, nos transporta a lo que fue la vida en otros tiempos, donde escaseaban los recursos; pero se destacaban los trabajos arquitectónicos, aun en pies, ubicados estratégicamente para poder defenderse de los peligros que los asechaban. El sitio conserva importantes muestras de ellos.